Las abejas siempre me han llamado mucho la atención. Los veranos de mi infancia estuvieron marcados por su inquietante zumbido y es que hacía muchos años que en la buhardilla de la casa familiar donde veraneábamos en Asturias se había instalado una comunidad de abejas, habitación que, por supuesto, merodeábamos pero cuya entrada nos estaba vetada a mi hermana y a mi.
Mi abuela nos contaba cómo hacían la miel, la cera, lo trabajadoras que eran, cómo se comunicaban entre ellas, cómo polinizaban las flores y se preparaban para el invierno con una estructura perfectamente organizada.
Por fin, hace unas semanas tuve la oportunidad de comprobar todo esto en persona gracias a Arkopharma, que nos llevó a Pezuela de las Torres, un pueblecito madrileño que limita con Guadalajara, enclavado en la comarca de la Alcarria, para celebrar que les han concedido el sello Ecocert de apicultura responsable que ahora os cuento qué supone.
Después del viaje repusimos fuerzas con un desayuno en Chateauform La Finca El Bosque, un lugar espectacular rodeado de naturaleza en el que se respiraba una paz absoluta, además de aire puro. No me habría importado quedarme a vivir allí una temporadita ;-)
Pero vamos a lo importante, ¿Sabíais que la jalea real es el suplemento alimenticio más consumido en España? Pero no toda se obtiene de manera responsable y respetuosa con las abejas y esto es precisamente lo que garantiza el sello Ecocert con el que ya cuenta Arkopharma.
Su jalea real proviene de abejas alimentadas exclusivamente en la naturaleza y de su propia miel. Muchas veces, para maximizar beneficios, se sustituye la miel por agua con azúcar, que no tiene todos los nutrientes que necesitan las abejas para sobrevivir y realizar su actividad.
Además, para conservar su ecosistema se controla la polución del agua, el aire y el suelo hasta 20 kilómetros a la redonda de las colmenas. Por supuesto, se garantizan también unas condiciones de trabajo y sueldo dignas para los pequeños apicultores, a los que también se forma.
Jesús Manzano, responsable de Ecocolmena nos explicó por qué es tan relevante el papel de las abejas y por qué incluso nuestra alimentación corre peligro si se extinguiera esta especie. Y es que ellas son el principal polinizador del planeta.
Se calcula que entre un 20 y un 35% de las abejas europeas desaparecen cada año debido a factores como los plaguicidas, monocultivos extensivos, estrés por sobre explotación, parásitos y enfermedades... En lugares como China se han visto obligados a polinizar de manera manual, ya que apenas hay abejas o insectos polinizadores.
Seguro que después de esto os surge la duda ¿Qué podemos hacer nosotros por las abejas? Pues desde comprar a pequeños productores de miel, mirar la etiqueta y asegurarnos de la procedencia de los productos e incluso apadrinar una colmena, una opción que ofrece Ecocolmena.
Como padrino, podrás visitar tu colmena y vivir una experiencia tan interesante como la que viví yo, conociendo su trabajo de cerca y además recibir desde 250 gramos a 3 kilos al año de la miel producida allí por las abejas, según la modalidad de apadrinamiento elegida.
Después de esto nos pusimos manos a la obra y nos equipamos para poder ver a las abejas de cerca sin peligro de picaduras. Os diré que me sorprendió muchísimo que pasábamos totalmente inadvertidos para ellas, estaban a lo suyo, desempeñando cada una su cometido sin reparar en que estábamos allí observando.
Aquí estoy con Ana, de Estoy Radiante, ataviadas ya con el velo protector. Como curiosidad, nos contaron que el traje de apicultor es blanco porque es un color que no molesta a las abejas, mientras que los colores oscuros o fuertes las atraen. El velo es negro porque si no dificultaría mucho nuestra visión.
Una vez que teníamos toda la equipación, guantes incluidos, nos dividimos en grupos para poder apreciar mejor la actividad de las abejas en cada colmena. Los apicultores van provistos de ahumadores que sirven para "engañar" a las abejas haciéndoles creer que hay un incendio.
Su reacción inmediata es ponerse a comer la miel rápidamente en previsión de un posible viaje hacia otro lugar, procurando así que las abejas estén más tranquilas y no nos ataquen.
Aquí podéis ver a las abejas en faena. Cada una tiene su misión. La abeja reina se alimenta solo con jalea real, por lo que se desarrolla mucho más que el resto y por eso suele ser fácil diferenciarla. Esto hace además que tenga el aparato reproductor totalmente desarrollado y su función es la de procrear.
Solo copula una vez en la vida con varios zánganos pero conserva este esperma durante unos cuatro años. Además, solo vuela una vez en su vida, después no vuelve a salir nunca más al exterior.
Las obreras no tienen capacidad reproductora y los zánganos, además de fecundar a la abeja reina desempeñan las labores de mantenimiento de la colmena. Un detalle bastante cruel es que a los zánganos no les enseñan a comer, son las abejas obreras las que les suministran el alimento, así, si la colmena está sobrepoblada y deciden prescindir de ellos, les dejan morir de hambre.
Su ciclo de vida es de unos 34-45 días, mientras que la abeja reina puede vivir hasta 5 años. Las labores de las obreras están muy bien diferenciadas. Nada más nacer se dedican a limpiar las celdillas y calentar a las crías, después alimentan a las larvas viejas y a las larvas jóvenes.
Más o menos hacia las dos semanas se ocupan de producir la cera, construir panales y transportar el alimento. A partir del día 21 es cuando comienza su actividad pecoreadora, es decir, cuando vuelan hacia las flores, las polinizan y recogen el polen y el néctar.
Entre las cosas curiosas que aprendimos, las abejas se comunican entre ellas a través de un curioso "baile" mediante el que pueden indicar el lugar exacto en el que se encuentra el alimento. Además, son muy fieles, en el sentido de que si empiezan a polinizar una plantación, no pasan a otra hasta que no terminan, con lo que no mezclan variedades. Así podemos encontrar en el mercado miel de romero, de eucalipto, de lavanda, de brezo...
También son capaces de reconocer si entra en su colmena una abeja que no pertenece a su comunidad y la expulsan. Eso sí, son muy listas y si la abeja despistada lleva alimento, la dejan pasar. En cualquier caso, no es muy común que se confundan, todas saben volver a su casa.
Después de esta experiencia tan enriquecedora terminamos la jornada con una cata de miel riquísima de distintas flores y plantas, visitamos a los caballos, algunas se atrevieron a montar, otras nos decantamos por hacer senderismo y llevarnos un poco de ese aire en los pulmones como souvenir...
La jalea real Arkoreal se encuentra en diferentes presentaciones y formatos para adaptarse a nuestras preferencias y necesidades. En ampollas o cápsulas, con ginseng, própolis, vitaminada... La jalea real es un suplemento alimenticio con muchas propiedades beneficiosas para nuestra salud.
Refuerza nuestro sistema inmunitario, por lo que es perfecta para evitar resfriados en esta época del año, es muy energética, complementa dietas pobres o de aquellas personas que tienen mucho desgaste, es fantástica para los niños porque refuerza el crecimiento de los huesos, protege el hígado, regula la presión arterial y está indicada incluso para quienes padecen del corazón.
Yo he empezado a tomar la jalea real en ampollas de Arkoreal para que el frío no me pille con las defensas bajas, así que ya os contaré qué tal me funciona porque todo el mundo que la prueba, me cuenta el buen resultado que les da.
¿Habéis probado la jalea real como complemento alimenticio? ¿Conocíais la importancia de las abejas para nuestro medio ambiente y nuestra propia alimentación? ¿Habéis visitado alguna vez una colmena? Si no lo habéis hecho, os lo recomiendo muchísimo. El boca a boca es otra forma de concienciar a la gente del problema y hacer que cada vez se apueste más por la apicultura sostenible.
Os dejo con un vídeo resumen de la jornada:
¡¡GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTA EXPERIENCIA!!
Es una gran marca, responsable y comprometida.
ResponderEliminarLa verdad es que sí, y después de ver el funcionamiento te das cuenta de lo importante que es la apicultura responsable. Espero no coger ni un resfriado este invierno! Un besote!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el post y la experiencia es chulísima. Sobre el tema abejas, debo decirte que es algo que valoro mucho y me parece superinteresante: en una localidad cercana tenemos un Museo de la Miel y a veces he llevado a mis alumnos y el tema del impacto medioambiental de estos insectos, las propiedades del propóleo...es todo un mondo.
ResponderEliminarUn besito, Marisa!
Qué chulo el museo de la miel, es una suerte tener un sitio así cerca y poder llevar allí a tus alumnos. Estos gestos son los que hacen que los niños crezcan siendo conscientes de estas cosas. Un besote!
EliminarMuy interesante, las abejas son más importantes de lo que pensamos!
ResponderEliminarDesde luego, yo me quedé fascinada. Un besote!
EliminarQué gran manera de conocer el mundo de las abejas, a mi me encanta como funcionan, estuve en un centro que te explicaba todo el funcionamiento de una colmena y es apasionante. Tuvisteis que pasarlo genial :)
ResponderEliminarLa verdad es que fue toda una experiencia. A mi me hacía mucha ilusión vivirlo de cerca y además con guías que nos explicaran todo, fue fantástico. Un besote!
Eliminar