Mi experiencia más relajante en el Spa de Lush en Madrid

La semana pasada tuve la oportunidad de probar el spa de Lush en Madrid, el único que tenemos en España y que ha abierto sus puertas hace poquito. Os hablé de él en el especial de Navidad puesto que estuve en su inauguración y me pareció una idea muy original para regalar. He estado en muchos spa y he probado muchos tratamientos de belleza pero el de Lush es un concepto totalmente diferente.

Nada más entrar ya te das cuenta de que no va a ser un spa al uso. de repente te encuentras en una casita británica de madera, super acogedora, con muebles rústicos y detalles vintage. En la cocina que ves en la imagen, Luisa, la masajista, me explicó en qué consisitía el tratamiento que iba a recibir y los productos que me iban a aplicar y que detallo a continuación. Se trataba de The Comforter.

Rowena Bird, cofundadora de la marca, es la creadora de este tratamiento mágico que pretende recordarte que no debes tomarte la vida demasiado en serio y siempre encontrar tiempo para reír. Evoca un viaje por el río de chocolate de Willy Wonka y está diseñado para exfoliar suavemente la piel y estimular la circulación. Es regenerador, relajante, con un punto refrescante y divertido.

Nada más entrar en la cabina de tratamiento llama la atención el resplandor rosa, el cielo estrellado en el techo y el ambiente cálido con aroma a rosa que envuelve la estancia. Hasta la camilla es muy diferente a todo lo que había visto, es mullida, muy cómoda y confortable y con un edredón super calentito que te arropa y la masajista sólo deja al aire las zonas que se van tratando.

Otra de las señas de identidad de los tratamientos de Lush es la música, cada uno tiene su banda sonora, pensada expresamente para transmitir una sensación e inducir a un estado de ánimo. En este caso, la música, producida por Simon Emmerson, de Imagined Village y Afro-Celt Sound System, te sugiere un viaje al pasado para llevarte a un estado de relajación, libre de preocupaciones.

La música suena a buen volumen y de verdad que te transmite buen rollo al instante. Versiones de temazos como Sunny o Moon River, entre otras con ese toque máguico y especial de la música celta. Tuve que concentrarme varias veces para no quedarme dormida y disfrutar de todas las sensaciones.

Los productos también son exclusivos para este tratamiento. El primer paso es una exfoliación con chocolate caliente a base de alubias aduki, tamarindo, manteca de illipe caliente y jarabe de algarrobo, que exfolia, suaviza e hidrata la piel en profundidad. Huele para comérselo y es una efoliación muy suave, nada molesta. Durante el tratamiento, la masajista realiza un masaje sobre la sábana para masajear y relajar los músculos.

Al principio del tratamiento la masajista te pone una toallita en los ojos para que te relajes totalmente y el momento en el que te la quita y ves flotar en ese cielo estrellado pompas de jabón con olor a rosas es como si hubieras despertado en otra dimensión.

El exfoliante tiene muchas propiedades beneficiosas para hidratar y suavizar la piel y por eso conviene que esté en contacto con ella el mayor tiempo posible. Después lo retiran poco a poco con toallas calientes y entonces empieza un masaje inceíble con serum corporal caliente de rosa, una delicia.

La técnica para aplicarlo está inspirada en un masaje que no tiene fin, con movimientos fluidos con los antebrazos y al ritmo de la música.

Es tan agradable que no deseas que termine nunca y no das crédito a que sea solo una persona la que te está dando el masaje. El serum de rosa contiene manteca de illipe que hidrata en profundidad, arcilla rosa para equilibrar la piel, manteca de karité para aportar flexibilidad y aceite de argán, hidratante y reparador gracias a los ácidos grasos, antioxidantes y vitamina E.

El aroma es muy, muy agradable y contiene un punto de lima que le da ese toque refrescante y que a mi me provoca sensación de bienestar. Con los últimos acordes de 'Sunny' termina el tratamiento después de 60 minutos que se hacen muy cortos. Entonces compruebas que tienes la piel suavísima, super hidratada y hueles de maravilla. 

La última sorpresa de The Comforter te espera a la salida: algodón de azúcar que se deshace al contacto con un cocktail de rosas y que además de estar buenísimo, te transmite una vez más el espíritu de este tratamiento recordándote que no debes tomarte la vida demasiado en serio y encontrar un momento para reír :-)

Salí en un estado de relajación máxima y más feliz que una perdiz, me transmitió muchísima energía positiva y paz. Es una experiencia diferente y altamente recomendable si tienes pensado visitar Madrid. The Comforter dura una hora y cuesta 90 €. Ahora mismo tienen siete tratamientos distintos y dentro de poco habrá uno inspirado en los Beatles, ¿se puede ser más original?  

¿Habías oído hablar del Spa de Lush? ¿Te animas a probar alguno de sus tratamientos? Siento que sólo esté en Madrid, pero eres fan de los aromas de Lush y vas a visitar la capital, no olvides incluirlo en tu lista de citas imprescindibles porque no defrauda.

¡¡FELIZ DÍA!!