Delarom, la naturaleza hecha cosmética

Cuando me enteré de que había sido la ganadora de uno de los lotes de productos de Delarom que sorteaba Mónica, de Secretos de Belleza en su blog no conocía la marca, pero me dio curiosidad por lo que contaba en el propio blog sobre ella. Tuve la suerte de poder probar tres de sus productos y después de todo el verano usándolos, quiero compartir mi experiencia con vosotras.

Antes de dar mi opinión sobre cada producto concreto he de decir que lo que más llama la atención en el primer momento es su aroma. Huelen a flores, a hierbas... Además de cuidar la piel se puede decir que la rutina se convierte en toda una sesión de aromaterapia. Esto se debe a que sus fórmulas son naturales, con el máximo de extractos botánicos y vegetales naturales. Entre sus ingredientes encontramos naranja, sésamo, albaricoque, tilo, hamammelis, oliva, lavanda... El 50% de los productos Delarom incluyen ingredientes procedentes de la agricultura biológica.

Pero entrando en materia, este es el primer producto que probé y posiblemente el que más me gusta de los tres. Se trata de la mascarilla a la arcilla blanca, que promete afinar la textura de la piel, alisar e iluminar el tono. Como ingredientes encontramos arcilla blanca (purificante), cera de abeja (prtectora), extracto de acerola (tonificante), aceite de borraja (re-estructurante), aceite de sésamo (revitalizante), aceite esencial de madera rosa (antiedad), aceite esencial de patchulí (estimulante) y extracto de laminaria (reequilibrante).

Lo que me ha gustado de esta mascarilla es que, aunque mi piel es más bien seca, no me resultaba demasiado incómoda mientras se secaba en la piel.

Como veis, es de color blanco, se extiende muy fácilmente y en pocos minutos comienza a secarse. Es cierto que al retirarla con agua la piel se queda increíblemente suave, lisa y nada reseca, sino una sensación muy agradable. Este verano, incluso se la puse a mi madre, que tiene la piel súper seca y se la dejó perfecta.

Delarom aconseja aplicar esta mascarilla de dos a tres veces por semana y un buen truco es aplicar el bálsamo purificante debajo de esta mascarilla para reforzar su acción purificante y reequilibrante. ¿Y qué es el bálsamo purificante? Pues justo el producto del que os voy a hablar a continuación.

Se llama exactamente Bálsamo activo purificante y está indicado para pieles normales a mixtas. Además de usarlo bajo la mascarilla, se puede utilizar solo para purificar, desintoxicar y suavizar la piel. Entre los ingredientes que lo componen: semillas de uva (antioxidante), virola (calmante), ylang ylang (purificante), pomelo (refrescante), madera de enebro (renovador de las células), camomila romana (cicatrizante), gálbano (calmante) y pino de Alepo (purificante).

Lo que más llama la atención de este producto es, nada más abrirlo, su olor, pues desprende un intenso aroma a flores, a bosque, a maderas, a hierbas aromáticas... Creo que es de esos olores fuertes que o te encantan o los odias. A mi me gusta y ponerte la crema se convierte en toda una sesión de aromaterapia. También es curiosa su consistencia, pues es muy, muy compacta, no es como una crema o bálsamo tradicional, sino que parece más bien una pomada sólida que se calienta y deshace con el calor de las manos.

He de decir que aunque se recomienda para pieles de normales a mixtas, la mía es mixta con tendencia a seca-muy seca y la encuentro un pelín grasa. Me ha gustado mucho utilizarla este verano después de tomar el sol, cuando la piel está especialmente reseca. Mis padres, que son unos santos, se han dejado encremar también con el bálsamo y hemos lucido todos una piel estupenda a la par que bronceada por las tierras asturianas. Eso sí, no es un producto que usaría antes de salir a la calle, lo prefiero como tratamiento de noche o para estar en casa, pues mi cara brilla como una bombilla cuando me la pongo. Sin embargo, no favorece la aparición de granitos, al contrario de lo que se pueda pensar con esta textura. Delarom indica que también puede aplicarse localmente sobre pieles con problemas puntuales.

Y para terminar, el Aroma equilibrante, que es un aceite para el rostro que reequilibra y tonifica la epidermis favoreciendo la eliminación de toxinas. Delarom asegura que ayuda a luchar contra el estrés y el cansancio, responsables del envejecimiento cutáneo (leyéndome a mi misma, me acabo de dar cuenta de que ¡necesito una sesión Delarom completa con urgencia!).
En este caso, los ingredientes que encontramos son todos aceites esenciales de diferentes plantas como: la perpetua (inmunoestimulante antiradicales libres), naranjo amargo (anti estrés), limón (tonificante), patchulí (descongestionante), nerolí (reparador) e incienso (energizante).

Delarom aconseja su aplicación por la mañana y/o por la noche antes de la crema de tratamiento, sobre una piel desmaquillada y tonificada. Como en el caso del bálsamo, no es un producto que usaría antes de salir de casa, lo he usado principalmente por la noche. Me encanta su olor a flores y que se absorbe muy bien pese a ser un aceite.

Tampoco me parece que sea lo más indicado para una piel grasa, aunque ya os digo que se trata de productos purificantes, pero en mi opinión, para las secas es estupendo y cunde mucho, pues basta con unas gotitas para todo el rostro. En este sentido, el envase es un pelín incómodo, me gustan mucho los que incluyen un dosificador y permiten calcular la cantidad necesaria sin pasarse. Por supuesto que también lo probé en mis padres y ellos encantados con todos estos cuidados de luxe. Podéis encontrar esta marca de cosmética natural en farmacias y parafarmacias.

¿Conocéis los productos Delarom? ¿Habéis probado alguno? Me consta que muchas de vosotras y lo habéis hecho y he leído muchas de vuestras opiniones pero las que aún no se han manifestado, ¡contadme vuestras experiencias! Antes de terminar, os agradezco muchísimo los premios y tags que me habéis dejado últimamente, espero publicarlos todos muy prontito, que me hacen mucha ilusión.

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