Cherry Blossoms, ¿A qué huele la primavera?

Estas fotos que encabezan el texto son algunas de las que tomé durante la época de floración de los Cherry Blossom en Washington D.C. en la primavera de 2008. Sin embargo, mi historia con estos cerezos japoneses comienza mucho antes y me gustaría contárosla hoy, cuando celebro que hace unos cuantos años que vi la luz por primera vez y desde entonces no he parado de crecer y crecer (menos de altura, que tampoco he crecido tanto...;-)

Hace unos cinco años, mi entonces compañera de piso Carie, una americana que llegaría a convertirse en casi parte de mi familia, nos trajo un regalo a mi hermana y a mi de Estados Unidos, como siempre hacía. Esta vez fue un kit de productos de Bath and Body Works: gel de baño, body milk y body splash. Ella eligió para mi la fragancia Cherry Blossom. Lo mío fue “love at first smell” (lo siento chicas, no queda bonito en español, jaja). Me encantó su fragancia floral, fresca, chispeante, no sabría cómo describirla pero es un olor que no pasa inadvertido. Entonces, Cherry Blossom para mí sólo significaba cerezo.

Fue totalmente inevitable, me enganché a ese olor, así que cada vez que mi amiga iba a Estados Unidos volvía con repuestos para mi pequeño arsenal de flor del cerezo. Más tarde, en 2007, pude traerme yo misma mis potingues de Bath and Body Works en mi primer viaje a Estados Unidos, cuando fui a visitarla. La primera tienda que vi estaba en Nueva York y arrasé, pues siempre tienen ofertas tipo “lleva tres y paga dos”, así que como os imaginaréis, no me pude resistir.

Estuve allí 15 días y me encantó aquello, visitar Nueva York y Washington era uno de los sueños de mi vida. ¡Quién me iba a decir que en menos de seis meses estaría allí de nuevo! Pues sí. Tras una situación complicada, lo dejé todo y me fui a vivir unos meses a casa de mi amiga en Washington D.C. Llegué en invierno y hacía muchísimo frío. Pero pronto llegó la primavera y pude asistir a uno de los espectáculos más bellos que he visto en mi vida. Y no me refiero a un show de Broadway, que también, sino a la floración de los Cherry Blossom.


Personas de todo el mundo viajan a Washington en primavera para ver este acontecimiento único y efímero, pues las flores de estos árboles son muy delicadas y si llueve o hace mucho viento, enseguida se caen. Pasear por las calles de Washington y los barrios de la periferia, ya en los estados de Maryland o Virginia, era una maravilla. Ciertas avenidas estaban franqueadas por cherry Blossom, de modo que si mirabas hacia arriba sólo veías un cielo de flores rosas y blancas, maravilloso.

Fui tan feliz esos meses, tenía tal tranquilidad y paz interior que cada vez que huelo esa fragancia me transporto a aquellos días y puedo revivir aquella sensación de bienestar tan absoluto. Otro motivo más para que sea todo un imprescindible. Por suerte, siempre tengo alguien que se encarga de traerme mis potingues desde allén de los mares.

Algo más sobre los Cherry Blossoms:
Estos famosos árboles, cuyo florecimiento es todo un símbolo de la capital de los Estados Unidos fueron un regalo de Japón en 1912. Normalmente, florecen en torno al 27 de marzo y aproximadamente hasta el 5 de abril, aunque depende del tiempo que haga. Los expertos distinguen 5 etapas de floración y no duran más de 14 días desde que florecen. El tipo más común de cherry blossom es el Yoshino Cherry, pero hay muchas variedades, en mis fotos podéis apreciar algunas de ellas, con las flores más blancas o más rosas. Todos los años se celebra en Washington el Cherry Blossom Festival, con actuaciones musicales, fuegos artificiales y la Cherry Blossom festival parade, un desfile muy original y todo en un entorno espectacular. Los turistas y ciudadanos de Washington pueden disfrutar de tours a pie o en bici alrededor de estos árboles japoneses, con guías que explican toda su historia. Bajo estas líneas podéis ver uno de mis monumentos favoritos, el Jefferson Memorial, desde el que se divisa el Tidal Bassin (un estanque enorme y precioso que en esta época está completamente rodeado de Cherry Blossoms), el Capitolio a lo lejos, el Washington Monument... una vista espectacular.


¿Qué es Bath and Body Works?:
Bath and Body Works es una franquicia que está presente en Estados Unidos y en ciertos países de Latinoamérica, pero desafortunadamente, no podemos encontrarla en España. a mi se me asemeja un poco a The Body Shop. Tienen diversas fragancias clásicas, que son las más vendidas, como la que me ocupa, Cherry Blossom, pero siempre lanzan olores nuevos con su línea completa, de la que puedes encontrar desde el perfume, hasta el body milk, exfoliante, velas de olor, manteca corporal... y una lista interminable. Mi favorito, sobre todo en verano, es el body splash, una especie de colonia muy suave pero que perdura muchísimo tiempo en la piel. Su precio es bastante asequible y te permite perfumarte con ganas! A mi me dura todo el día. Bajo estas líneas tenéis el exfoliante. Es tan suave que puedes usarlo con frecuencia y el perfume es exactamente el mismo de toda la gama, perfuma tu cuerpo y el baño entero. Un auténtico placer para los sentidos, a mi me encanta.


Otro de los productos que adquirí en mi último viaje fue este "satin body veil" que, como su nombre indica, hidrata la piel y deja una especie de velo satinado. La textura es increíblemente ligera, tanto que se aplica con un atomizador. Cunde muchísimo y se extiende de maravilla. He de reconocer que en un principio, lo que más me llamó la atención fue el diseño del envase. Si es que... ¡una es débil!


Os dejo algunas fotillos más de los Cherry Blossoms, que son mi auténtica pasión. Incluso llegué a decir que en otra vida, yo fui uno de ellos. Sí, lo sé, estoy fatal, pero... ¿no son preciosos?





¡Que paséis un estupendo fin de semana!